Últimamente me lo planteo bastante: ¿y si aceptáramos ese "no es
posible" más a menudo?, ¿de qué tenemos miedo?, ¿de afrontar una
realidad distinta a la esperada?, ¿realmente es tan malo lo que
ocurriría si aceptásemos esos "noes"?
La realidad es que de haberlo hecho, probablemente en más de una ocasión,
nos hubiéramos ahorrado disgustos más grandes.
Te estoy hablando de
cosas como coger un trabajo que no te convenza y que terminarás abandonando o haciendo mal; Quedar con tal persona por puro compromiso, por lo que se te hará el tiempo eterno y un derroche; Forzar una relación que no funciona y que se acabará irremediablemente; O incluso, utilizar la batidora directamente en la olla, que está en plena ebullición y vas a cargarte.
Y tú, te arrepientes de no haber dicho esa palabra en alguna ocasión o
por lo contrario , eres de las personas que no la temen en absoluto. ¿Te
atreves a contarme tu experiencia?
Yo por suerte o por desgracia, soy una persona que no tiene filtros. Me explico que suena muy mal, he aprendido a decir todo lo que se me pasa por la cabeza, a no callarme, que ya he aguantado suficiente. Por eso, ahora no me callo, o intento no callarme. Igual que le dije a mi jefe en su cara que era un gilipollas, que me arrepiento, pues sí, pero prefiero ponerme una vez roja, que cientos amarilla. Es mi filosofía de vida.
ResponderEliminarYo pienso que la fidelidad a uno mismo es símbolo de inteligencia. Admiro a las personas íntegras que saben además, lo que quieren. Ole tú!
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