Mi psicoterapeuta solía insistirme en la importancia de alargar y adherir la experiencia del disfrute de cada momento a mis emociones más inmediatas.
Existen personas que rememoran contínuamente el pasado e incluso tienen tendencias nostálgicas o bien se preguntan el porqué de aquello o de lo otro. Otras se empeñan en esperar los momentos soñados, que puedan o no llegar.
Yo hago un juego que en momentos de ansiedad suele servirme. Juego con la experiencia feliz de un tiempo pasado, cierro los ojos ahora en el presente, lo visualizo e interiorizo las emociones que me produjo, las vivo de forma intensa y solo, de esta manera, es como miro hacia atrás.
Realmente lo único que es real y que existe desde siempre y hasta el día que desaparezcas como existencia de carne, es la sangre que llena tus venas.
Evitemos pues, el arrepentirnos de cosas que ya no tienen sentido, evitemos no darnos los tiempos largos a los pequeños gustos que son los que realmente aportan felicidad a nuestra vida; Una ducha , una vista del bosque lluvioso desde una ventana junto a la chimenea, la risa de tu hijo, el momento "mimo" que tienes con tu pareja ...
Concentrémonos en jugar con el tiempo como nos venga en gana. Eternizando o acortando al antojo. Porque este equilibrio tan inestable que siempre está en cambio y al que llamamos vida, depende en una gran parte de cómo quieras "pasar el tiempo" que te brinda.
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