TÚ PRIMERO
CÓMO VIVIR CONTIGO MISMO
SUEÑO
La compañía.
Echo de menos la mía. Maida, he estado esperándote.
Con una sonrisa mientras cierro los ojos. Con el corazón encogido por si te asustas y no apareces o si vuelves y marchas.
Los caminos de la memoria te hacen tan vulnerable que pareces una niña, mi niña.
Pienso: quizás sea afortunada y quiera bailarme esta noche así, como ella es, a su ritmo, a su música interior.
Te volverás a ir lejos, a solas, donde nadie te escuche, te opine, te juzgue. Lo sé.
Por favor, vuelve pronto. Algo ha cambiado. Sé que tenías las velas encendidas mientras yo te esperaba y tú bailabas a solas, mientras yo te sostenía hasta que volvieras a la cama, a descansar, con tus ojos cerrados, soñando.
Recuerdo la primera vez que me miraste. Esperaba que encendieras la luz antes de irte a dormir para mirarme- quédate conmigo, Maida.
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