PODER
PUEBLO
Qué aburrido es no dormir por las noches, o dar un par de cabezadas donde solo encuentras tus mayores temores en rostros de la familia, en medio de un onírico derrumbe.
Por qué será que se hace tan duro vivir según el poder en vez de según tu propia naturaleza.
Llevo meses estudiando a fondo la constitución, los estatutos de mi tierra, observando un poco más la rutina del día a día vista con los ojos del Pueblo. No se escapa un detalle. Sin embargo, como del papel al acto, tenemos un gran engorro en este sentido.
La ley constitucional refleja en diversos artículos la protección del ciudadano. Normas que el Pueblo Soberano ha aceptado... Pero que las administraciones simplemente se hacen eco, un eco lento y agotador, acotando la paciencia a base de formularios, contactos y trámites, no sin apreciar un largo e insoportable trayecto hasta ver cumplir tu objetivo, que es decir: ¡ey, aquí estoy, quiero algo! y que quizás, alguien escuche y no sea solo papel mojado.
Te sientes solo. Abandonado por los que han asegurado tu protección, desprotegido por los que han decidido abandonarte, eso sí, con un gran martillo en la mano, no sea que te sientas demasiado solo y te salgas del tiesto.
Me enseñaron que la vida es injusta, pero que tú mismo debías luchar para que, desde lo que está en tu mano, eso cambie. Es decir, ¿acaso no debería ser al revés? ¿No sería más fácil que todo fuera como toca, justo, y que los casos excepcionales fueran los contrarios? ¿El beneficio de unos cuantos justifica el detrimento del Gran Pueblo? ¿Es correcto pensar pues, que la justicia has de tomarla de tu mano?
Pues amigos, se hace tan duro porque uno quiere o porque uno es así, rebelde, y sin duda estúpido. Y esa estupidez te hace decidir, por propio ego o por inevitablemente ser una persona fiel a sí mismo, de cualquier forma, no vivir acorde a la norma y por tanto, asumir que ser distinto te va a doler.
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